El Bichón Boloñés está clasificado como perro pequeño, y aparentemente es una pura bola de algodón que se puso muy de moda entre las clases sociales pudientes entre los siglos XV y XVI. Tanto se puso de moda que era habitual que los monarcas los utilizasen como regalo de bienvenida. No obstante, en el siglo XVIII, otras razas como el Bichón Habanero y el Caniche relegaron parcialmente al Bichón Boloñés al olvido.
Origen del Bichón Boloñés
El Bichón Boloñés proviene de Italia, más concretamente de Bolonia se calcula que entre los siglos XI y XII. En aquella época era considerado un animal de lujo muy frecuente entre las clases altas renacentistas de Italia.
Siempre ha sido considerado un animal de compañía.
Características del Bichón Boloñés
En cuanto a la altura a la cruz suele encontrarse en los 28 centímetros, y cuenta con un peso que oscila entre los 2,5 y los 4 Kg.
Su estimación de vida son 12 años y se trata de un animal de compañía muy tranquilo que se lleva fenomenalmente bien con los niños y bastante bien con otros perros. También se lleva muy bien con las personas mayores, y sobre todo tiene un gran apego a su dueño, algo que incluso puede llegar a ser empalagoso en algunas ocasiones.
Es muy obediente y juguetón, por lo que puede ser la compañía perfecta en casas pequeñas. Aunque es serio siempre está intentando divertir a los dueños.
Aunque se trata de un perro de interior, lo cierto es que le gusta mucho correr.
Cuidados específicos del Bichón Boloñés
El cuidado más importante que encontramos en el Bichón Boloñés es su pelo, ya que deberemos cepillarlo diariamente además de que no se debe cortar.
Todos los días necesita dar un paseo y es muy dependiente, por lo que debemos considerar que tiene que estar en casi constante compañía.
No debe alimentarse sólo a base de carne. Precisa de una dieta variada y equilibrada para evitar los desequilibrios. Para ello se tiene que combinar la fruta, la verdura, carne, pescado, pasta, huevos, queso y arroz.
Enfermedades habituales del Bichón Boloñés
Aunque por norma general no es propenso a otras enfermedades, de lo que sí padece el Bichón Boloñés es de frecuentes infecciones de piel. Es por ello que deberemos realizar habituales inspecciones durante la primavera y el verano, especialmente en las partes más sensibles que son la zona bajo las orejas, perianal, bajo las axilas, inguinal y en los espacios interdigitales.
El problema es que estas infecciones pueden acabar derivando en otras enfermedades más preocupantes.