Hoy vamos a analizar el tema de los perros dominantes, algo que muchas veces se puede convertir en un problema si no entendemos bien la situación.
Los perros dominantes y su comportamiento
Antes de nada es importante que tengamos en cuenta que a menudo se confunden determinados comportamientos habituales en los perros con el hecho de que sean dominantes.
Por ejemplo, encontrarnos con circunstancias como que estire de la correa cuando salimos a pasear, que se pelee con otros perros, gruña en el momento en el que le molestamos o incluso salte a menudo cuando llegan visitas no tiene por qué significar que se trata de perros dominantes.
Estas formas de actuar se basan tan sólo en su comportamiento, y puede indicar que necesitan proteger lo suyo, que quieren jugar, que tienen demasiada energía acumulada, que todavía no los hemos educado adecuadamente, o incluso que tengan un carácter fuerte.
La existencia de perros dominantes
No obstante, esto no quiere decir que no existan perros dominantes, ya que cada raza tiene su instinto y su educación es una base importante para su comportamiento final.
Pese a ello, la mayor parte de perros domésticos que han vivido siempre en un hogar, aunque su instinto sea dominante, dicho comportamiento tan sólo se llevará a cabo frente al resto de compañeros de su misma especie que se encuentren dentro de su mismo recinto, mientras que por norma general, este comportamiento apenas puede verse reflejado en su relación con el amo, puesto que lo más frecuente es que lo asuman como el miembro dominante de la manada, ya que es el que se encarga de los cuidados y de la alimentación.
Sin embargo, también existe la posibilidad de que adoptemos a un perro que ya tenga unos cuantos años, y el cual se haya criado en la calle. En este sentido es habitual que haya adquirido algunos comportamientos más individualistas, los cuales tampoco tienen por qué indicar que son acciones dominantes, aunque en algunas ocasiones sí es posible que entren a una nueva zona e intenten hacerla suya sometiendo a todos los que le rodean, incluyendo a su amo.
Pese a ello, con el paso del tiempo van aprendiendo quién es el que manda, pero es muy importante que los eduquemos de forma adecuada, ya que si somos excesivamente permisivos sentirán un dominio sobre nosotros y esto puede afectar a la relación y a su desarrollo.